DQ Powder Coatings

Modo de aplicación y curado de las powder coatings

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14/06/2017

En publicaciones anteriores en este blog hemos hablado de las características de las powder coatings, pinturas electrostáticas o pinturas en polvo y de los diferentes tipos de aplicaciones que se les pueden dar según las especificaciones de su composición. Hablamos también, a grandes rasgos, de la manera en que se aplican y del tipo de reacciones mediante las cuales se adhieren a las superficies para crear la capa de recubrimiento que se distingue por su uniformidad y durabilidad. En esta ocasión profundizaremos en el tema de modo de aplicación y el proceso de curado de estas pinturas ampliamente utilizadas para recubrir superficies metálicas y plásticas.

Debido a su composición, que es una mezcla homogénea y fina de partículas sólidas de resinas, pigmentos, minerales y aditivos, se tiene que utilizar un equipo especial para la aplicación de pinturas en polvo. Estos equipos tienen la función de mezclar la pintura en el aire para que se cargue eléctricamente y así se pueda adherir a la superficie. El proceso se puede comprender fácilmente si pensamos en la manera en que funcionan los imanes, los cuales son atraídos por superficies con cargas opuestas. Al pintar una superficie con pintura en polvo, la pintura, por acción del equipo especializado, adquiere una carga negativa que es atraída hacia la superficie que se aterriza para que adopte una carga positiva y así se dé la adhesión de las powder coatings a ella.

Los equipos empleados para realizar el proceso son conocidos como cabinas de pintura y funcionan básicamente transportando la pintura hacia una pistola de aplicación que carga eléctricamente el producto a aproximadamente 90.000 voltios y a un amperaje muy bajo para evitar los riesgos de choques eléctricos. El proceso no termina en este punto, pues posteriormente, para que la pintura quede perfectamente adherida a la superficie, se tiene que someter a un proceso de curado en un horno diseñado especialmente para eso. En el proceso de curado los componentes de la pintura electrostática se activan y se fijan a la superficie la que adquiere el color, brillo y acabado según las características particulares de la mezcla elegida.

El proceso de curado de las pinturas en polvo es conocido como polimerización y en él tiene lugar la activación de una reacción química entre las resinas, los pigmentos, los aditivos, cargas y agentes endurecedores que contienen para dar como resultado la película que recubrirá la superficie. La temperatura y el tiempo de curado dentro del horno diseñado para tal fin dependen de las características de la pintura y varían de un fabricante a otro, por esta razón es imprescindible seguir las instrucciones si se desea obtener un recubrimiento de calidad. En caso de que no se trabaje dentro de los rangos de tiempo y temperatura de curado establecidos es probable que la pintura presente alteraciones en su color, pérdida de brillo y de sus propiedades mecánicas así como un acabado poco uniforme.

Cuando se ha concluido el proceso de aplicación y curado es conveniente aplicar una serie de pruebas encaminadas a evaluar la calidad del recubrimiento creado. Los factores a evaluar son el espesor de la película creada por la pintura, su nivel de adhesión y la dureza del acabado. Es importante que estas pruebas se realicen cuando la pintura haya curado por completo y que el parámetro de evaluación parta de las necesidades específicas del tipo de aplicación que se le esté dando a la pintura. La medición del espesor no causa ninguna clase de daño en el recubrimiento, sin embargo, para evaluar la adhesión de la pintura y el nivel de dureza del acabado se realizan cortes en la superficie, por lo que se recomienda aplicar las pruebas sobre partes del material que no se vayan a utilizar posteriormente.

La evaluación del nivel de adhesión de las pinturas electrostáticas se lleva a cabo haciendo un corte en forma de cuadrícula o cruz con una navaja sobre la superficie en la que se haya aplicado el producto. La profundidad del corte depende del espesor de la película formada y la medición de este factor ayuda a determinar el grado de protección anticorrosiva que ofrece la pintura, razón por la cual es imprescindible aplicarla cuando se estén trabajando con superficies metálicas. Los resultados se establecen a partir de una escala visual con la que se cataloga el recubrimiento en uno de los seis grados de adherencia según la norma ASTM D3359 de la que hablaremos en futuras publicaciones en este blog.

Por otra parte para medir la dureza del acabado de las pinturas en polvo se tienen que aplicar dos pruebas para las que se utiliza papel lija y lápices de diferentes grados de dureza. La prueba con papel se aplica a aquellas pinturas que tienen gran dureza en su acabado. Cuando el proceso de curado finalizó correctamente, al pasar el papel lija sobre la superficie se producirá un polvo ligero, mientras tanto, si el curado no ha concluido la pintura se volverá pegajosa y se adherirá a la lija. Para las pinturas con menor valor de dureza se aplican pruebas con lápices 5B, 4B, 3B, 2B, B, HB, F, H, 2H, 3H, 4H y 5H con los que se harán raspaduras superficiales sobre la película de pintura. Se tiene que comenzar con los lápices más blandos e ir incrementando la dureza hasta llegar al punto en que la película de pintura se corte. Con esta prueba se determina el valor de dureza a partir del valor de dureza del lápiz anterior al que produjo el corte sobre la superficie.

Esperamos que esta publicación te haya sido de utilidad, próximamente compartiremos más información sobre las pinturas electrostáticas, su modo de aplicación y recomendaciones de uso. Si estás buscando powder coatings de alta calidad contáctanos, en DQ powder coatings con gusto te asesoraremos en la elección del recubrimiento que cubra con todos las exigencias del tipo de aplicación que le desees dar.

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