En los últimos años, la preocupación por el daño al medio ambiente ha crecido y ha orillado a que los gobiernos de muchos países emitan varias regulaciones y medidas para disminuir, en la medida de lo posible, las emisiones de contaminantes. Como sabemos, el desarrollo industrial ha sido el principal causante de la contaminación ambiental debido a las emisiones de productos químicos que se realizan durante las operaciones diarias; sin embargo, cada vez más preocupadas por el medio ambiente, se han implementado políticas de SER para disminuir la contaminación que cada una genera.
Una de las industrias que más ha contaminado al medio ambiente con el paso del tiempo, es la de las pinturas, ya que las lacas y tinturas líquidas emiten gases contaminantes, que tienen un gran impacto en la capa de ozono, especialmente por su alto contenido en disolventes, metales pesados como plomo, cadmio y mercurio, o VOCs: volátil organic compound, por sus siglas en inglés; cuando estos compuestos volátiles se exponen al sol durante varias horas generan ozono troposférico, que es el responsable del efecto invernadero.
Ante esta problemática, la pintura en polvo es una solución, ya que es una mezcla homogénea en polvo, que se compone de partículas finas y sólidas de minerales, pigmentos y resinas; se le conoce también como pintura electrostática porque se adhiere por medio de una pistola electrostática a las piezas que se van a pintar, que suelen ser metales o plásticos, que son sujetos a un proceso de pintado de tipo industrial.
Los procesos de pintado en los que la pintura es dispersada por medio de aerosol, se dispersa en el aire que respiramos, aunque no lo veamos, por lo que contribuye con los altos niveles de contaminación en las ciudades. Cuando se llega a estados críticos, suelen lanzarse alertas de contingencia, especialmente en las ciudades industrializadas, donde trabajadores al igual que las personas de los alrededores se exponen a grandes riesgos de salud, que van dese tos, irritaciones en los ojos, faringe o garganta, dificultades respiratorias y de la función pulmonar y malestar general. De no contar con un área especializada en la prevención de riesgos ocupacionales, el trabajador puede llegar a enfermar de gravedad ante la exposición a materiales tóxicos.
Sin embargo, las demandas del mundo moderno impiden a las industrias el dejar de utilizar pinturas para la decoración e incluso para revestimiento y protección de productos; para ellos se requiere de pinturas que emitan pocas o nulas cantidades de compuestos orgánicos volátiles y que por lo tanto no dañen a los ecosistemas. Y si además podemos encontrar una pintura que produzca pocos residuos y que estos puedan volverse a utilizar, comenzamos a hablar de beneficios tanto para el medio ambiente y la sustentabilidad, como para el bolsillo del cliente.
La pintura en polvo es la respuesta ante las diferentes aplicaciones donde se requieren acabados brillantes, revestimientos contra corrosión, ralladuras y oxidación, además de mejores condiciones para la salud de las personas que trabajan día a día en el área de pintura industrial.
Para la aplicación de pinturas electrostáticas se requiere de una pistola del mismo tipo, así como de un horno de curado, que se encuentra al interior; por ello, en este procedimiento no se emiten ningún tipo de contaminantes al medio ambiente. Además las partículas de los polvos que no se aplican se pueden recuperar y volver a utilizar, por lo que no se provocan desperdicios. Estas son las principales razones por las que estas pinturas son cada vez más utilizadas en la industria.
El proceso de aplicación de las pinturas en polvo se realiza en cabinas, donde se integran módulos para recoger la pintura que no logra llegar a su destino final y se desparrama de forma errónea; el pintado electrostático puede aplicarse al sector de juguetes, estanterías industriales, láminas, electrodomésticos, pero muy especialmente en automóviles y bicicletas, que se recubren con este proceso que también se conoce como laminación.
Ya que en las cabinas para el pintado se producen corrientes que atrapan el exceso de pintura, el trabajador puede inhalar las partículas y componentes químicos de la pintura, por lo que se deben seguir las directrices adecuadas para la protección y seguridad ocupacional, con lentes, cubre bocas, overoles y guantes protectores para garantizar la salud del trabajador.
Con el uso de la pintura electrostática es posible el ahorro en costos de producción, en insumos y en la misma pintura al ser reutilizable y con mínimas probabilidades de desperdicio; la aplicación es un proceso sencillo, limpio y ecológico y permite obtener acabados durables y estéticos. Además, aquellos productos deteriorados pueden ser restaurados, protegidos y brindarles la cualidad de mayor duración, además de igualar o mejorar los colores que se utilizaban.
Para esto, se debe inspeccionar el estado de las piezas, lijarlas, desengrasarlas o limpiarlas minuciosamente si lo necesitan, para posteriormente aplicarse de manera uniforme mediante la carga electrostática y, posteriormente se vuelve a revisarlas piezas para comprobar que se haya pintado de manera uniforme, en este caso, se procede al proceso de curación, que se lleva a cabo en un horno, donde el polvo se funde con la superficie de la pieza para convertirse en una capa dura, resistente y de larga vida.
El enfriado es rápido, de aproximadamente diez minutos y, después de ello, la pintura no dejará escapar ninguna sustancia, vapor o gas nocivo para el medio ambiente, los seres vivos o las personas, a diferencia de otras pinturas, como lo explicamos anteriormente.
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