Para entender por qué el recubrimiento en polvo o powder coat, es superior a la pintura húmeda, es importante entender primero el proceso de aplicación. El recubrimiento en polvo consiste en una aplicación electrostática de polvo orgánico a partes metálicas que requieren revestimiento para protección o decoración. El polvo se cura al ser horneado, dando como resultado un proceso de recubrimiento duro y continuo. Dicho proceso incluye un pre tratamiento, una aplicación de polvo y su sometimiento a alta temperatura.
El proceso comienza con el pre tratamiento, es decir, la preparación de la superficie del sustrato. En este cada parte se limpia, eliminando la grasa, la suciedad y cualquier otra cosa que pueda interferir con el revestimiento. Tal preparación incluye una limpieza abrasiva, mecánica o química, dependiendo de dónde sea limpiada la superficie del metal a tratar para que se adhiera bien con el polvo durante el proceso posterior de curado. Sin un apropiado pre tratamiento, el polvo en ciertas partes se astillará y se corroerá fácilmente, he allí su importancia.
Además los mejores resultados se obtienen cuando se elimina el óxido o los recubrimientos preexistentes. Después de esta fase, el objeto debe quedar completamente seco antes de que se aplique el polvo. Esto se puede lograr usando métodos de secado al aire, o colgando los objetos en estanterías. Inclusive se utiliza un horno para este proceso de secado, aunque los objetos se deben enfriar antes de la aplicación del polvo. Con respecto al nivel de frescura, este varía según el espesor de recubrimiento deseado.
Una vez que esté completamente seca la pieza, queda lista para ser recubierta por el polvo utilizando técnicas de lecho fluidizado o de pulverización. El polvo se carga eléctricamente a medida que se aplica a la pieza, dando a cada partícula una carga negativa. La parte que se desea recubrir es conectada a tierra eléctricamente como un medio para atraer y unir el polvo cargado a la superficie de la pieza. Esta atracción electrostática es un requisito clave del proceso, pues ayuda a la uniformidad del recubrimiento y a la velocidad de su aplicación. El resultado es una capa uniforme de polvo seco que se adhiere al objeto. Después de que la pieza queda recubierta con polvo, es trasladada a un horno de curado, en el que los geles en polvo, fluyen y se curan, generando así un producto suave y un acabado duradero. En el proceso de curado tiene lugar una reacción química de reticulación entre las partículas de polvo. Es en este punto donde la pieza puede sacarse del horno, enfriarse a temperatura ambiente y prepararse para su liberación al mercado.
Respondamos ahora, ¿cuáles son las ventajas del recubrimiento en polvo en comparación con la pintura húmeda? La pintura húmeda es un método de tratamiento tradicional mediante el cual un pigmento a base de solvente se pulveriza sobre la superficie de una pieza. Algunas aplicaciones comunes de la pintura húmeda incluyen exteriores automotrices y artículos extremadamente grandes o pesados. Sin embargo, cuando se requiere un rendimiento superior, el recubrimiento en polvo puede reemplazar a la pintura húmeda tradicional. Esto es debido a que muchas preocupaciones y problemas asociados con los acabados de pintura húmeda se eliminan o minimizan con el proceso de recubrimiento en polvo. Las ventajas del recubrimiento en polvo o powder coat sobre la pintura húmeda son muchas, y generalmente caen bajo cuatro categorías:
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