Como sabemos, la pintura electrostatica es un acabado en seco que contiene sólidos en 100%, los cuales no necesitan disolverse en medios líquidos, sino que se suministra en forma de partículas molturadas, por lo que se encuentra lista para su aplicación.
En los últimos 35 años el sector de los acabados para metales ha sido reformado por las pinturas en polvo, que se utilizan para el recubrimiento de melamina, laminado, metales o plásticos, con grandes ventajas para las industrias; si bien en un inicio las aplicaciones de las pinturas electrostáticas eran limitadas para los sustratos conductivos, con superficies homogéneas y con la capacidad de tolerar las más elevadas temperaturas que se utilizan en los hornos para el curado de la pintura en polvo. En la última década, la tecnología ha permitido el uso de estas pinturas en otros sectores de las industrias y en una mayor variedad de sustratos, como el MDF que es un material sensible al calor.
El avance tecnológico ha permitido conseguir resinas que requieren puntos de fusión inferiores que las que se utilizan en los metales, por lo que pueden aplicarse en el recubrimiento de MDF, consiguiéndose pigmentos con texturas más o menos gruesas; rebajar el punto de temperatura de fusión de las resinas ha permitido obtener procesos menos agresivos para los sustratos, por lo que pueden aplicarse los recubrimientos en polvo a una mayor cantidad de sustratos y con mayor versatilidad de procedimientos y de resultados.
También conocida como lacado, la pintura electrostatica es un tipo de recubrimiento en el que se aplica polvo seco, que queda adherido a los sustratos por medio de la deposición electrostática, para que posteriormente se seque en un horno de polimerización que permite crear acabados de colores y texturizados de mucho más alta resistencia que los resultados que se obtienen a través de las pinturas convencionales.
Las instalaciones donde esta pintura se aplica deben ser equipadas por una línea de transporte, donde las piezas se colocan en cabinas especiales para la aplicación del recubrimiento en polvo, y posteriormente para pasarse a un horno de curado o de polimerización. En estos equipos se puede insuflar el aire, con el fin de convertir la pintura de polvo a un fluido, que se transporta hasta la punta de las pistolas con las que se aplica la pintura, donde se transmite una carga eléctrica de polaridad negativa, de este modo las piezas a pintar atraen el polvo a su superficie, ya que estas se conectan a tierra, con diferentes cargas de electricidad estática.
Posteriormente en el proceso de curado, la pintura en polvo se funde en el horno por medio de una reacción de polimerización, donde los productos adquieren una capa sólida de excelente calidad; en este proceso químico los monómeros, que son compuestos de bajo peso molecular, se agrupan de forma química entre sí a otras moléculas de mayor peso, de este modo se pueden conseguir acabados de excelente calidad, pero también un sellado hermético en la superficie donde se aplica el recubrimiento.
Hoy en día la pintura electrostatica se puede aplicar a aceros, aluminios, metales galvanizados, MDF, entre otros materiales donde los colorantes se obtienen en una enorme variedad de matices. A diferencia de la pintura líquida, los pigmentos en polvo no forman burbujas en las superficies ni provoca el escurrimiento de pintura, por lo que se obtienen acabados más uniformes y de mejor calidad que con las pinturas tradicionales, con el beneficio de que son pigmentos ecológicos, que no dañan el medio ambiente y que además se pueden recuperar con los procedimientos de recogido de material en las cabinas de pintura, con lo que pueden evitarse los desperdicios.
Las cabinas de aplicación para la pintura en polvo son una muestra más del avance tecnológico, ya que son equipos especializados donde la pintura se mezcla con el aire mediante una carga eléctrica para que las partículas de pintura se atraen a las superficies a pintar, son adheridas a la superficie para que se fijen por medio de un proceso de calentado en el horno de curado, donde se transforman por el efecto del calor.
Gracias al desarrollo tecnológico y a las novedades que constantemente trae la ciencia, los procesos de pintado, los colores y revestimientos son cada vez más utilizados en las industrias, en mayores variedades y tipos de sustratos, con los que se puede obtener revestimientos con características y cualidades específicas; la base de este tipo de pinturas son las resinas, las cuales se encargan de aportar el brillo necesario a la pintura y al revestimiento, así como un recubrimiento que con la resina actúa como endurecedor, cuyo resultado es una pieza de alta durabilidad, colores vivos y brillantes, que soporten las temperaturas elevadas sin decolorarse ni perder su forma.
La pintura electrostatica aporta propiedades mecánicas a los sustratos donde se aplica, por lo que su resistencia ante los impactos es mucho mayor, por su parte la carga electrostática contribuyen a la eliminación del exceso de brillo que las resinas podrían ocasionar, por lo que se puede elegir el tipo de acabado, la calidad de color y la intensidad de brillo.
En las industrias podemos encontrar diferentes tipos de pinturas en polvo, como las epoxi, las poliéster o las híbridas, que cuentan con diferentes características de aplicación y que se utilizan en sustratos específicos, de los cuales les contaremos en nuestra siguiente entrada de blog, con el fin de ayudarles a elegir el tipo de pintura que sus negocios y sustratos requieren.
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